El 11 de febrero comenzaba el encuentro Lítore más largo hasta el momento. Esta vez nuestro punto de encuentro fue Madrid, desde donde pusimos rumbo a Cerezales del Condado, León, donde pasaríamos nuestros primeros días de encuentro. Tras esta experiencia de seis días, tuvimos la oportunidad de hacer una pequeña gira de conciertos en la comunidad de Castilla y León antes de viajar a Maastricht, Países Bajos, para ofrecer nuestro primer concierto internacional. Han sido 2 semanas llenas de intensidad, en las que han sucedido muchos detalles que quedarán para el recuerdo. ¡Os lo contamos!
En la madrugada del lunes 12 de febrero llegamos a Cerezales del Condado, un pueblo del rural leonés que acogió nuestras jornadas de trabajo con el compositor ucraniano Adrian Mokanu hasta el sábado. Entre naturaleza, animales y unas increíbles instalaciones, pusimos en marcha nuestro nuevo programa La Sonrisa de las Tumbas y la obra de estreno Tras las Aguas Leteas. Poder vivir de nuevo todos juntos en la misma casa nos recordó a nuestra etapa de estudiantes en Palma, viviendo en el maravilloso Piso Lítore, donde tantos momentos compartimos.
Si quieres conocer los detalles de nuestro paso por la Fundación Cerezales, la residencia artística y la obra de Adrian Mokanu, aquí te dejamos las últimas entradas del blog:
La primera etapa de este encuentro terminó el sábado 16 de febrero con el estreno de nuestro nuevo programa y la obra de Adrian rodeados de nuestras familias, que viajaron hasta León para escucharnos. Al día siguiente, nos despedimos de Cerezales del Condado tras visitar su increíble belén, y nos instalamos en la ciudad de León. Allí descansamos y preparamos nuestros conciertos de la gira de Juventudes Musicales de España, que nos llevaron hasta la Sala Fundos en Veguellina de Órbigo (17 de febrero), el Teatro El Albéitar en León (18 de febrero) y el Conservatorio Cristóbal Halffter de Ponferrada (19 de febrero). Durante esta segunda etapa del encuentro, estuvimos muy bien acompañados por los padres de Miquel, con quienes compartimos la maravillosa gastronomía leonesa y paseos por los emblemáticos lugares de la ciudad, como su espectacular catedral.
A pesar de que la grúa se llevó nuestro coche en León y del madrugón para llegar a Madrid a tiempo, el jueves 22 de febrero volvíamos de nuevo al aeropuerto de Madrid-Barajas para coger nuestro vuelo a Bruselas. Después de sortear el overbooking, coger una conexión de tren por los pelos y más de 13 horas de viaje en coche, avión y tren, por fin llegamos a Maastricht. Allí nos reecontramos con nuestro queridísimo maestro Xabier Casal, a quien teníamos muchísimas ganas de volver a ver. Y es que además de nuestro concierto el sábado 24 de febrero por la mañana, el viernes 23 vivimos un intenso día de clases magistrales en el Conservatorio de Maastricht. Allí tuvimos la oportunidad de trabajar con Xavier Larsson, Eva van Grinsven y todos los miembros de Fukio Quartet: una absoluta referencia para nosotros, tanto a nivel musical como personal. Muchísimas gracias por vuestras ideas, sois toda una inspiración.
También pudimos conocer y escuchar a los compañeros del aula de saxofón del conservatorio, a quienes ojalá podamos ver de nuevo pronto. Gracias a Eva y a Jean-Pierre, los profesores del Conservatorio de Maastricht y de Hugo, por invitarnos y compartir con nosotros estos días.
Este intenso encuentro tuvo su clímax final en la Cellebroederskapel el sábado 24 de febrero por la mañana, un lugar encantador en el que nos despedimos hasta nuestro próximo reencuentro en Zürich dentro de un mes y medio. Gracias a todos los asistentes y en especial a los organizadores, que nos trataron de forma inmejorable e hicieron posible nuestro estreno internacional.
También queremos dar las gracias a Isa, que acogió a la mitad del cuarteto durante nuestra estancia en Maastricht, y que no nos podría haber tratado mejor. ¡Gracias Isa, eres la mejor!
Han sido dos semanas increíbles que nos han cargado el ánimo y la ilusión para continuar con más fuerza que nunca. Nos llevamos personas, recuerdos e ideas que, seguro, darán sus frutos en el futuro. ¡Hasta pronto!
