SEGUNDA SESIÓN
27/10/2021
Esta segunda sesión se estructuró en torno a un Andante con toques impresionistas compuesto por el compositor francés Eugène Bozza en el año 1957, de nuevo guiados por el fisioterapeuta y director de escena Carles Expósito. En esta ocasión, utilizamos en todo momento nuestros saxofones con el objetivo de focalizar el trabajo en una de las aptitudes medulares del músico: la escucha. ¿Qué papel tiene el factor auditivo en el camino hacia el abandono de nuestra individualidad como intérpretes y la consecución de una unión capaz de conformar un único instrumento?
No todo en la música es sonido: en la mayoría de ocasiones, el factor visual tiene una gran importancia y contribuye, junto al resto de sensaciones, a la creación de una experiencia multisensorial que el público percibe como una unidad. En la música de cámara, el contacto visual es de gran importancia para conseguir la precisión técnica, expresar ideas o transmitir un cierto tipo de energía. Es por ello que, a veces, el uso excesivo de este sentido se traduce en una falta de escucha.
Con el propósito de concentrarnos en el sentido de la audición, Carles nos situó a cada uno en una esquina del aula, mirando hacia la pared, bloqueando así la comunicación visual entre nosotros. Ante esta situación, ¿qué recursos tenemos para, por ejemplo, articular juntos una nota de forma precisa? Este ejercicio propició una respiración grupal más consciente, con la que intentábamos expresar parámetros como el tempo, el carácter o la dinámica. Tras unos minutos de trabajo, conseguimos una mejor precisión en las entradas y pudimos comprobar que no es necesario depender en tanta medida de la comunicación visual.
En ocasiones, se da el caso de que cada miembro del grupo conoce su línea musical a la perfección, pero no el todo que conforman el conjunto de las voces. Consciente de esta tendencia habitual, Carles propuso un ejercicio en el que él nos indicaba individualmente cuándo dejar de tocar, para así escuchar la melodía de nuestros compañeros y hacer evidente la importancia de todas las voces. No obstante, aunque no estuviéramos tocando, debíamos continuar expresando nuestra línea a través del movimiento; hecho que evidenció la importancia de este factor extra sonoro en la interpretación.
Otro de los beneficios de una escucha atenta y consciente es la capacidad para adaptarse a los diferentes roles que los miembros del grupo deben asumir en cada momento. En el siguiente ejercicio, Carles nos propuso cambiar la jerarquía habitual de esta obra, es decir, adoptar el papel dominante cuando no te corresponde. El resultado se tradujo en cambios en el movimiento, los gestos y, principalmente, en el sonido; llegando a desvirtuar la concepción original de la música. También nos propuso diferentes cambios de disposición en la formación del cuarteto, como se puede apreciar en la siguiente imagen, con el objetivo de experimentar las sensaciones que estas alteraciones provocan en nosotros y en el resultado musical.
Estos pequeños experimentos nos hicieron tener más presente el cambio de roles que debe haber en nuestra agrupación y fortalecieron nuestra capacidad para pasar de “dominante” a “dominado”. Finalmente, cuando volvimos a tocar la obra de forma habitual, notamos una mayor unidad y una mejor fluidez en el intercambio del rol de dominancia entre nosotros, en gran parte debido a una escucha más consciente.
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